Y se dio la vuelta y se alejó. Y subió esa escalera. El la siguió con la mirada, sonriente, ágil, única, guapa, sorprendente… No sabía como explicarlo pero al final siempre esa palabra llegaba a su mente y le dejaba bloqueado. En blanco. Ella era así… sorprendente. Sorprendente Latika. Sorprendente Julia.
Dos palabras aun bailaban en el aire cuando ella se dio de nuevo la vuelta y le sorprendió (de nuevo esa palabra) mirándola, admirándola, esperando esa despedida, ese ultimo adiós y esa ultima sonrisa.
Y volvió a correr veloz, ligera, cruzando la calle entre recuerdos de una tarde juntos. Otra más. Nueva, única y como siempre sorprendente.
Dos palabras aun bailaban en el aire cuando ella se dio de nuevo la vuelta y le sorprendió (de nuevo esa palabra) mirándola, admirándola, esperando esa despedida, ese ultimo adiós y esa ultima sonrisa.
Y volvió a correr veloz, ligera, cruzando la calle entre recuerdos de una tarde juntos. Otra más. Nueva, única y como siempre sorprendente.
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